Virginia vivió para el momento
Escuchaba el viento y trazaba el momento. Retomar el sonido que le daba sentido a la historia que escribía, implicaba abandonar la cadencia del día que pasaba. Encontrar un nuevo rumbo significaba hacer una pausa. Virginia vivió para el momento: el que caminaba y el que dejó atrás.
Se vivía la época de una ciudad en que el brillo de una plaza y los encuentros en los espacios públicos rompían el sentido de las horas. Sonaba la algarabía del barrio y el eco de las voces que cruzaban las calles. Londres dibujaba momentos.
Virginia recorría distancias desde lo que escribía, desde los lugares que imaginaba y las calles que caminaba. El esbozo de un pasado y su vida en momentos construyeron una voz única. “Momentos de vida” ¹ se convierte en sus confesiones, en sus recuerdos, en la memoria del inicio que trazó su camino y un viaje cronológico por los instantes más álgidos de su vida. Fue en esta colección de ensayos autobiográficos publicados después de su muerte donde Virginia marcó el momento.
En una mañana fría de invierno, bajo la luz tenue de su ático, observaba el movimiento y escribía sobre el mundo que la rodeaba, las relaciones que influían en su vida interior. Escribía sobre su familia y su círculo intelectual de escritores, artistas y políticos. Fue así como a partir de sus vivencias comenzó a contar por escrito el sonido de su voz interna.
En un primer momento, desde la casa 22 de Hyde Park Gate ² en el barrio de Kensington, frente a una plaza cubierta de una penumbra gris, Virginia construía instantes. A partir de una escritura joven observaba el compás de una familia que rompía la cadencia de una escalera. Parecía que la neblina inundaba los pasillos de la casa. El piso de madera antigua se descomponía. Fue entonces, a partir de los tropiezos en Hyde Park Gate que el camino hacia un nuevo trayecto quedaba trazado.
El segundo momento despertó en el barrio de Bloomsbury ³. Un sillón, una mesa, un vaso y una taza componían el cuadro que dio entrada a aquella casa en el número 46 de Gordon Sq. La vida difería del primer momento. Virginia decía que la atmósfera en este espacio se vivía con alegría “Me siento libre para hablar sobre lo que siento, decir lo que pienso. Encuentro aquí la inspiración para seguir”. Entre floreros coloridos y muebles teñidos de azul celeste, alfombras verdes y cortinas a medio abrir, se diluía el recuerdo de una escalera frágil y una neblina sin aroma.
Fuera de la escritura en el ático y cerca de las esquinas del barrio, los momentos leían conversaciones. Virginia y su hermana Vanessa recorrían las calles de un Londres que dibujaba su memoria. El sonido de sus pasos quedaba descrito por aquellos segundos de convivencia. Cruzar las plazas rodeadas de árboles y bancas, a veces libres y otras ocupadas por lectores atados a las páginas de una historia, daba continuidad al camino que seguían. Virginia decía que “el encanto del Londres moderno consiste en que no ha sido construido para durar, ha sido construido para pasar. Derribamos y construimos de nuevo tal como esperamos ser derribados y de nuevo construidos.”
Detenerse también formaba parte del recorrido.
“Ayer, caminando frente a la Biblioteca Británica, recordé aquel florero roto en casa de mis padres” conversaba con Vanessa al tiempo que cruzaban por una esquina. “No es que sólo esté pensando en el pasado; pero al hacerlo vivo con mayor plenitud el instante del presente.” ⁴ Entre calles luminosas y encuentros dispersos, Virginia regresaba a su espacio privado, ahora, en el sur del Reino Unido.
Monk´s House, la última casa en la vivió Virginia, guardaba en sus paredes la historia de un monasterio. En el ático al fondo del jardín escribía el último ensayo publicado en el libro “Momentos de vida”: Esbozo de un pasado cierra el momento. Con cincuenta y siete años y una historia en la escritura, bosquejó un texto autobiográfico colmado de instantes, descubrimientos y revelaciones. Fue la herencia de los minutos que sostuvo a lo largo del camino.
Virginia caminó más allá de su vida y sus escritos, del color de un horizonte que le concedió la libertad. Los momentos de su vida, los álgidos y los escondidos detrás de su escritura, recorrieron caminos insospechados.
He aquí la huella de la escritora que envolvió el momento tras el recuerdo de su historia.
1. Los textos que conforman el único libro autobiográfico de Virginia Woolf fueron encontrados en el archivo de Leonard Woolf tras su fallecimiento.
2. “22 Hyde Park Gate”. Ensayo incluido en el libro Moments of Being publicado en Gran Bretaña en 1976.
3. “Old Bloomsbury”. Ensayo incluido en el libro Moments of Being publicado en Gran Bretaña en 1976.
4. “Not that I am thinking of the past; but that it is then that I am living most fully in the present. For the present when backed by the past is a thousand times deeper…” Moments of Being
* Como dato informativo: Los textos originales se encuentran resguardados en la Universidad de Sussex y en la Biblioteca Británica en Londres.