Con tinta se escribía

El barrio de Bloomsbury significó el principio de un proceso de cambio en el que la época victoriana se diluía y la algidez de un espacio dotado de creatividad, de nuevas formas de entender el mundo, circundaban el trazo de una historia que se contaría más allá de las calles sonoras del barrio.

Durante los años de la primera guerra mundial (1914-1918), los artistas de Bloomsbury comenzaron a salir de Londres hacia los suburbios del Reino Unido. Se negaban a servir en la guerra y emprender hacia el sur significaba encontrar un refugio. Sin embargo, dejar el barrio no implicaba perder la energía creativa, sino continuar con la rigidez que marcaban sus pasos.

Para Virginia, la razón de salir de Londres no fue sólo la ansiedad e intranquilidad que le ocasionaba la guerra, sino su salud rodeada de depresiones, la cual sobrepasaba la estabilidad de su cotidianidad. Salir de los estruendos de Londres y respirar un aire más sano, llevó a Leonard a tomar la decisión de llevarla a vivir a Richmond (1915-1924), un suburbio a veinticinco minutos en tren del centro de Londres. Richmond atenuaría el estado de salud de Virginia. Sin embargo, su apego afectivo y nostalgia por las calles de Londres la perseguía. Virginia dependía de Londres para llenarse de ese brillo creativo y parecía que Richmond no la estimulaba. En 1923 escribió: “Me siento aquí, desconcertada, mirando cómo pasa la vida muda y mitigada en los suburbios”.

Sin embargo, en la casa número 34 de Paradise Rd. en Richmond, conocida como Hogarth House, los Woolf empezaban una nueva etapa en su vida. En 1917, en un impulso tras pasar por Holborn, un barrio en el centro de Londres, compraron una pequeña imprenta manual. Así nacía la editorial Hogarth Press. Lo que comenzó como un hobby para distraer a Virginia de su depresión, pronto se convirtió en una gran editorial comercial que lanzó 527 títulos en 29 años, entre ellos a T.S. Eliot, a Katherine Mansfield y a E.M. Forster.

La tranquilidad con la que vivía Virginia en Richmond comenzó a darle un giro a su vida. Escribía por las mañanas, salía a caminar por las tardes y leía por las noches. Richmond, con sus vistas panorámicas desde la pasarela sobre los árboles, insinuaba quizá un rumbo en donde la creatividad podría resonar en los pasos de Virginia.

Los Woolf publicaron su primer libro impreso por Hogarth Press bajo el título original en inglés Publication No. 1. Two Stories que incluía dos relatos del matrimonio Woolf en una tirada de 150 ejemplares, «La marca en la pared» de Virginia y «Tres judíos» de Leonard. Richmond daba al matrimonio una entrada de dinero y un primer impulso de entrar al mundo editorial. Vanessa Bell ilustraba las portadas de los libros de Virginia, Vita Sackville-West adoptó a Hogarth Press como su editorial y Ralph Patridge, marido de la pintora inglesa Dora Carrington y parte del trío amoroso con Lytton Strachey, trabajó como asistente de Leonard en la imprenta.

Desde el piso más alto de su casa en Paradise Rd., Virginia veía los picos de los árboles de Kew Gardens (Patrimonio de la Humanidad), así como la icónica Pagoda. Esta atmósfera de ensueño y el río Támesis que cruza Richmond, inspiraron a Virginia para escribir su famoso cuento corto Kew Gardens.

Ambientado en el jardín botánico de Richmond, nos lleva, como diría el poeta americano T.S. Eliot, a “un cúmulo de imágenes rotas” que van desde las conversaciones entre los visitantes hasta el desasosiego y la lentitud del andar de un caracol. “Apunta a frases largas y sueltas que oscilan y serpentean” comentaba el novelista y ensayista E.M. Forster en 1919 cuando revisaba el cuento. “La ficción serpentea como lo hacen sus personajes entre las flores y pasando el lago”. Su hermana Vanessa Bell creó un par de grabados para acompañar el texto. Vanessa estaba especialmente interesada en la forma de este cuento corto. “¿Por qué no escribes más historias cortas?” le escribía en julio de 1917. “Hay una especie de integridad muy satisfactoria que se lee en esto y que difícilmente puedes obtener de una novela”.

Escribir la perseguía detrás de su caminar. Virginia convertía a Richmond y a la lentitud del caracol que merodeaba por Kew Gardens en un espacio prolífico. Durante el tiempo que vivió en Richmond, Virginia publicó Night and Day, Jacob´s Room, varios ensayos e historias cortas. La atmósfera de Richmond resultaba entonces alentadora para la escritora.
“Debo estar agradecida con Richmond y con Hogarth” escribió.

El tiempo que pasó Virginia en Richmond fue muy importante para lo que seguía. El estilo de vida y el trabajo de Virginia como escritora serían muy distintos si no hubiese vivido en Richmond. Alejarse por un tiempo de la vida social y de las calles de Londres, le permitieron concentrarse desde la tranquilidad de los suburbios y al mismo tiempo escribir desde la añoranza y la nostalgia por Londres.

Era momento de regresar a Londres. En la casa 52 de Tavistock Sq. la esperaba “Mrs. Dalloway”, “Al Faro”, “Orlando”, el merodeo callejero, el bullicio, la neblina, el Museo Británico y el eterno resonar de un barrio que nunca salió a los suburbios.

* Como dato informativo: En 1976 se coloca una placa azul en la casa número 34 de Paradise Rd., Richmond conmemorando los años en los que Leonard y Virginia Woolf vivieron ahí y fundaron Hogarth Press en 1917.

Cartografías

Hablar de Virginia Woolf es llegar a Londres

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